Turistas, vecinos y curiosos, ansiosos de disfrutar de una de las fiestas más importantes que se celebran en La Adrada, recorreran estos tres días las calles del mercado, ambientadas con pintorescos personajes, teatro en la calle, títeres, danzas orientales, artesanía, pintacaras, malabares, espectáculos de fuego, cetrería, torneo, tiro al arco y “Concierto de Romances y Madrigales”. Cosas, que siempre acompañadas del buen yantar (corderos, cabritos, pinchos morunos, costillas, chorizos, longanizas; bien en parrillas o barbacoas), convivieron en un escenario inmejorable para reproducir, repleto de colores y sabores, el imaginado jolgorio de una villa medieval..
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